La psicología de la salud en la enfermedad crónica y/o grave

La preocupación al respecto del bienestar, la salud y su cuidado lleva acompañando al género humano prácticamente desde sus orígenes. Civilización tras civilización han buscado distintas formas de proteger, curar o cuidar a sus integrantes como una vía de fortalecerse a sí misma. La Organización Mundial de la Salud ( O.M.S. ) contempla el concepto “ Salud “ desde una visión integral, entendiéndolo como …el estado de completo bienestar físico, mental y social, más allá de la simple ausencia de enfermedad . De ahí que, también, el Cuidado de la Salud y la Atención Sanitaria han de entenderse y abordarse, hoy en día, desde esta triple dimensión integradora Biológica, Psicológica y Social , en busca del Bienestar global de la persona.

El diagnóstico de una “enfermedad seria o grave” conlleva una serie de elementos comunes en la persona enferma y/o en su familia :

  • Vivencia personal de amenaza para la propia vida y calidad de vida.
  • Implicaciones – Repercusiones Físicas ( Dolor, Molestias )
  • Medidas de Cuidado y/o Tratamientos prolongado y penoso.
  • Desarrollo de Estrategias Afrontamiento adecuadas o inadecuadas.
  • Implicaciones Psíquicas, de Relación Social – Familiar, Laboral, Escolar,…
  • Periodos de claudicación emocional, falta de adherencia al tratamiento,…

Y, en algunos casos, ante determinada evolución de la enfermedad, acontece :

  • Avance progresivo hacia una fase terminal (“Cuidados Paliativos”).
  • Fallecimiento y afectación familiar (duelo).

La Situación de enfermedad o trastorno crónico, grave o degenerativo se va a acompañar, irremediablemente, de una afectación psicológica y social cuya intensidad variará en función de variables del individuo y de la propia enfermedad, así como de variables de su entorno social, familiar y ambiental ; variables todas ellas a la base del malestar personal del enfermo, y que será preciso entender y evaluar adecuadamente. Y es que la enfermedad no sólo va a afectar a unos órganos que funcionan de modo incorrecto sino, también, a la conducta de la persona que la padece; conducta que, a su vez, va a influir en el desarrollo de la propia enfermedad así como en la calidad de vida de la persona afectada.

Es la persona, en todas sus facetas, quien “vive” la enfermedad, quien sufre sus síntomas, se angustia o se deprime, quien se enfrenta a ella o a quien le preocupan sus posibles consecuencias. El enfermo habrá de adaptarse a importantes cambios de tipo físico ( tratamientos, intervenciones quirúrgicas, inmovilización,…) y a nuevas costumbres que implican un diferente estilo de vida (alimentación, sueño,…), y que tal vez choquen frontalmente con sus personales y bien establecidas rutinas domésticas cotidianas.

Toda esta situación se va a constituir en un muy presente factor de riesgo para el individuo, favoreciendo muy posiblemente, en distintas fases del proceso, la aparición de un amplio abanico de Problemática y/o patología psíquica, a tener en cuenta. Así, podemos tener …

  • Reacciones de Ansiedad, Miedos y Temores / Estrés Postraumático
  • Reacciones Depresivas y Falta de Motivación / Interés por las cosas.
  • Alteraciones del Comportamiento:
  • Conductas de Pasividad, Agresividad, Oposición, Mutismo
  • Falta Adherencia a la Medicación, No Cumplimiento Orientaciones Médicas
  • Respuesta de No Afrontamiento, Evitación; Dependencia Afectiva.
  • Trastorno del Sueño, Apetito y Alimentación, Psicosomáticos.
  • Déficits de Atención y Dificultad para Concentrarse.
  • Afectación en el área de las Relaciones Sociales, Familiares,… ( etc).

La familia se constituye en un elemento de cooperación y soporte fundamental para cualquier persona enferma y va a jugar un papel muy importante en la actitud que el enfermo tenga ante su propia enfermedad. La misión de la familia, mediante una actitud positiva será mantener activo y colaborador al familiar enfermo, esperanzado, con voluntad de afrontar los momentos difíciles, dándole el soporte necesario y evitando la incomunicación y el sobreproteccionismo. Sin embargo, la familia también puede y, de hecho, se ve afectada. La enfermedad grave o crónica representa una crisis para toda la familia, se modifica de forma sensible y relevante la conducta de enfermo y familiares, pudiendo estos verse afectados por distintas reacciones emocionales psicopatológicas, similares, en ocasiones, a las del propio enfermo.

Como se ve, enfermedades de estas características van a suponer en la vida de la persona enferma y su familia un suceso de máxima relevancia que por ser conflictivo, deberán aprender a afrontar adecuadamente. La Psicología de la Salud ( Psicología Médica ) es un área especializada, dentro de la Psicología Clínica, que se encarga, hoy en día, de la evaluación de esta patología psicológica propia o acompañante a trastornos o enfermedades de “naturaleza física” con el objetivo de prevenirla y abordarla terapéuticamente. En esa dirección debe avanzar la oferta asistencial que los profesionales de la salud propongamos a la sociedad : Una auténtica ASISTENCIA INTEGRAL que a NIVEL BIO – PSICO -SOCIAL, desarrolle una adecuada evaluación del malestar y problemática global de la situación así como efectivas propuestas que tiendan a la recuperación y promoción del Bienestar Personal / Familiar.

Jon Keltsa,  Martsant.  Dirección  Viavance

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